viernes, 1 de abril de 2011

LA CULTURA DEL GRAFITTI

Un golpe seco en la ventana y en un instante, un motón de cristales en el suelo y una pelota encima de mi mesa. Me asomo rápidamente y media docena de chavales, mirando al cielo con cara de asustados.

Pregunta inmediata: ¿Quién ha sido? Y no hay respuesta, unos y otros se miran acusándose mutuamente. No sabremos nunca quién fue el causante de la trastada.

Como trastada fue la de aquel o aquellos más mayorcitos que decidieron que pintarrajear las paredes no era una guarrería, sino que era cultura y lo pusieron de moda. Ahora resulta que nadie ha sido, pero hay que ver como tenemos las paredes de nuestras casas, edificios emblemáticos, obras de arte y por supuesto, bancos, farolas que en muchos casos resulta imposible saber el color original, porque están adornados con un sin fin de manifestaciones culturales.

Entramos en el ascensor y en lado de las botoneras con tinta indeleble, puede leerse PORTERO GUARRO. En el techo y con humo, posiblemente de cerillas, el artista a escrito ANARKIA, pero con K de kilo. En la pared de enfrente un porno-poema dedicado a Purita, la vecina del quinto, lo que te hace mas ameno el transporte. En fin que dejar en condiciones el interior de ascensor, costó un ojo de la cara, pero a quién le importa.

Hace unos días me llama el Presidente de una Comunidad:

- Mire usted, los aseos de la zona deportiva, están cada vez más guarros y el conserje se ha negado a limpiarlos. La verdad, es que comparto su negativa porque hay cosas que no se pueden aguantar.

Quién no ha tenido un momento de apretura, para verse en la necesidad de utilizar un aseo publico, digamos por ejemplo de una gasolinera. Tienes que entrar de puntillas, procurar no rozar siquiera el pomo de la puerta y si tiras de la cisterna, lo más probable es que te lleves los zapatos empapados. Un asco, pero digamos que en un establecimiento público, somos tantos que alguno habrá….

Pero en esta comunidad, no entraba nadie extraño, luego es seguro que eran los propios vecinos los que contribuían a generar una situación tan desagradable.

El caso es que siguiendo las indicaciones del Presidente se prepararon unos carteles, en los que se decía:

POR FAVOR, CUANDO UTILICEN EL INODORO, TIREN DE LA CISTERNA Y USEN LA ESCOBILLA SI ES NECESARIO.

Dos horas más tarde, un particular artista y con especial pintura había rectificado el texto, dejándolo de la siguiente manera:

POR FAVOR, CUANDO UTILICEN EL INODORO, TIREN LA CISTERNA Y LA ESCOBILLA, ES NECESARIO.

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