viernes, 29 de abril de 2011

ATENCION QUE LLEGA EL VERANO

Atención que la primavera a comenzado y el verano está al caer y cuando esto suceda, nos encantará bañarnos en nuestra piscina comunitaria, que recordemos son objeto de una normativa específica que regula aspectos tan importantes como la higiene y seguridad, y otras de carácter administrativa como lo puedan ser los permisos y licencias municipales, todas ellas con ciertas similitudes en todo el territorio nacional, a las que hay que añadir la gran novedad: la exigencia de socorrista.

Pero también es cierto que en la totalidad de nuestro ámbito geográfico, las piscinas comunitarias suelen ser motivo de problemas de convivencia que las comunidades de propietarios intentan resolver, sin éxito, con el establecimiento de complejos y extensos reglamentos de régimen interior y en este sentido podemos afirmar que tan contraproducente puede ser el exceso como el defecto.

En aquella Comunidad, nos contaba un vecino, queriendo evitar el abuso, establecieron un control de personas, de tal manera que por cada piso no podrían entrar más de cuatro personas. Algo que podría ser normal si cada familia estuviera compuesta de cuatro personas. Sucedió entonces que nuestro narrador recientemente incorporado a la Comunidad, se encuentra con la desagradable sorpresa que le obliga a privar a uno de los miembros de su familia a disfrutar de la piscina, por el hecho de ser cinco en número y no cuatro.
Todos sabemos que la inmensa mayoría de las piscinas comunitarias, son pequeñas en relación con el número de vecinos que viven en la finca y también sabemos que una gran cantidad  de propietarios aunque participan en el sostenimiento de la misma, no suelen hacer uso de la piscina, siendo tan solo unos pocos los que disfrutan de ella.

Por supuesto que sería un caos si todos, absolutamente todos los propietarios se pusieran al mismo tiempo, de acuerdo para meterse en la piscina. Está claro que por el principio de Arquímedes quedaría vacía de agua.

Por ello y aún a sabiendas de no poder aportar la solución legal, intentaremos apelar a ese sentido común que antes mencionábamos y a ese espíritu de buena convivencia que debe presidir nuestras relaciones con la Comunidad.

En este caso el abuso entendemos que es de la Comunidad, pero de igual forma podemos encontrarnos, con el abuso del propietario que teniendo su piso o local alquilado, se reserva el derecho al uso de piscina y no transmite a su inquilino o arrendatario el mismo derecho.

O el también abuso del que hacía gala un propietario que invitaba, durante toda la temporada de verano a familiares y amigos, a disfrutar de la piscina comunitaria.

Hay quién me cuenta que incluso llegó a meter en el recinto de la piscina, una barbacoa en la que disfrutar de las tardes de verano, preparando chuletas a la brasa, ante la atonita sorpresa de sus vecinos.

viernes, 22 de abril de 2011

POR SUS ACTOS LOS CONOCEREIS

Hace pocos días tuve ocasión de asistir a una Junta, representando a uno de los propietarios. Las diferencias en los criterios de reparto y la asignación de los gastos a las diferentes partidas, justificaron que mi cliente contratará mis servicios para la ocasión.

Y que diferente es ver los toros desde la barrera. Porque no cabe duda que no es lo mismo tener que justificar tu gestión ante la junta de propietarios, que ser uno de esos propietarios y que sea otro el obligado a darte las explicaciones.

Para variar, tuve ocasión de asistir de una forma más relajada, con un objetivo eso sí, y que no era otro que defender los intereses de quién me había contratado.

Pero esa visión mas relajada de la situación, me permitió, por deformación profesional, analizar con detalle, gestos, comentarios, actitudes y aptitudes de cuantos se encontraban en aquella reunión.

El administrador, en este caso administradora, sabedora de que éramos compañeros de profesión, me observaba un tanto recelosa, como con temor de que pudiera jugarle alguna mala pasada, y desde luego nada mas lejos de mi intención. Aunque si debo reconocer que algunos administradores, cuando asistimos como propietarios, somos demasiado quisquillosos y criticones con el compañero.

Allí se encontraba “Dª Limpia”, cuya única obsesión era la limpieza de la finca. Para ella todos los demás eran unos guarros. También estaba “D. Me Opongo”, que era el espíritu de la contradicción. “D. Dubitativo”, aquel del: Si, pero...

No faltó “D. Demócrata” que desinteresadamente se sumaba a lo que dijera la mayoría, como tampoco faltó a la cita, un personaje curioso y que de alguna forma era el responsable de mi presencia. Se trataba de un hombre de aspecto distinguido, ya jubilado, según sus propias palabras.

Es de esas personas capaces de reventar una Junta, o conseguir ser el único punto de atención, y desde que viven en la finca, su nombre se repite incesantemente en los libros de actas. No creo que actúen con mala intención, pero hacen temblar desde al Presidente, hasta el vecino del último piso, pasando por el Administrador, a quién normalmente pone de vuelta y media.

Su nombre bien podía ser, “D. Perfecto” y es fácilmente reconocible porque normalmente asiste a la junta con un montón de carpetas y papeles que contienen la vida de la comunidad, al menos desde su particular punto de vista. Su condición de ex-contable de una gran firma, le justifica el saber más que nadie y dispone de todo, y de todos a su antojo. La verdad es que no se hace querer mucho pero nadie se atreve a decirle nada, imponiendo su criterio permanentemente.

En esta ocasión y no me jacto de ello, entre todos conseguimos poner las cosas en su sitio y a cada uno en su lugar. Las cuentas se aceptaron tal y como las presentó la administradora, de una forma sencilla y que todos pudieron entenderlas y con los criterios de reparto que establecían los estatutos

viernes, 15 de abril de 2011

UNA JUNTA MAS QUE EXTRAORDINARIA

Han transcurrido algo más de dos semanas y aún continúo conmocionado, pero me resisto a entonar el "mea culpa". Todo transcurrió tan deprisa que apenas tuve tiempo de reaccionar.

Se trataba de una Junta General Ordinaria, en la que yo iba a ser propuesto como Administrador, además de la aprobación de cuentas, presupuestos y un amplio capítulo de obras, que desde hacía años venían coleteando, sin que nadie fuera capaz de llevarlas a cabo.

Esta circunstancia, había despertado viejas rencillas, tan viejas como sus protagonistas, tanto que muchos de nosotros, hemos tenido la suerte de no conocer.

En fin después de ser presentado a la Junta y explicado el como y porque de mi propuesta, dio comienzo la telenovela.

- Señor Administrador… - dice uno de ellos- ¿Qué piensa usted hacer con los morosos?

Bueno, pues de acuerdo con la Ley de Propiedad Horizontal… Y ya no me dio tiempo a responder más. Desde el otro extremo se escucho decir:

- A mi, tu y el administrador me vais a tocar…. -insistiendo además- Y no pago, porque no me sale de …. y el que tenga ….. que venga.

La verdad es que se nos estaba preparando un problema de casquería.

Mire usted - intenté aclarar- yo no vengo a tocar…. Y ya lo creo que toqué. Me di de bruces contra el suelo, empujado por los dos contendientes que se había enzarzado en una pelea. Nadie me ayudó a levantarme, pero después de conseguirlo, la escena era patética. Ellos pegándose, sus esposas respectivas, tirándose del pelo y los hijos de ambos, tan locos como los padres.

Hice intento de separarlos y apelé al resto de vecinos para que echaran una mano. Y, ¿Cómo le iba a pedir al presidente que anulara la reunión, cuando precisamente él era uno de los que estaban metidos en la trifulca?

La suerte o una llamada oportuna, provocaron la presencia de dos agentes de la policía que en pocos minutos consiguió controlar la situación. Ni que decir tiene que la junta se dio por terminada, pero yo al cabo de dos semanas, desconozco si soy o no soy el administrador de la finca, como tampoco se todavía si quiero serlo. Aunque esto sea lo menos importante.

Lo que realmente me preocupa y no me cabe explicación, como personas que entendemos normales, trabajadoras, buenos padres de familia y honrados, podemos acabar cayendo en actitudes tan pobres como la que allí tuvimos ocasión de vivir. Y esto creo, que bien merece al menos unos minutos de reflexión.

viernes, 8 de abril de 2011

ANTES DE HABLAR....

Suele suceder que quién mas habla, es el que mas tiene que callar. Ocurre a diario.

¿Y en las Juntas? No han escuchado alguna vez comentarios, como: - Si no puede pagar la comunidad, que se cambie de piso. Y resulta que lo que se pretendía era colocar una alfombra en la entrada del portal.

Es como aquella propietaria que me visitó en el despacho, para ponerme en antecedentes de cómo eran sus vecinos y entre los muchos trajes que cortó en un momento, el último resultó ser el más sorprendente:

-Mire le aseguro que no me gusta criticar a nadie, pero hay quién dice que...

Es una fea costumbre que algunos practican como un modelo de vida y otros, tal vez la inmensa mayoría, caemos con demasiada facilidad.

En la Junta General Ordinaria, estaban siendo aprobadas las cuentas del ejercicio y el presupuesto para el siguiente, contando con el voto favorable de la mayoría de propietarios, a excepción de uno...

Un propietario que airadamente manifestaba no estar conforme con los intereses que el banco había abonado, en la cuenta corriente que la comunidad tenía abierta.

Argumentaba que eran inferiores a los del mercado, exigiendo la inmediata apertura de una nueva cuenta corriente, para obtener mayores intereses, al por cierto, escaso saldo comunitario.

Tampoco escatimó lanzando deplorables calificativos, al Presidente y administrador de la finca, por la supuesta mala gestión de la cuenta corriente.

Pero al pasar al punto siguiente del orden del día, que se dedicaba a los morosos, cual no sería la sorpresa de los presentes, cuando el propietario mas moroso era precisamente el señor que había exigido mayor rendimiento del dinero comunitario y mostraba su disconformidad con la aprobación de las cuentas.

viernes, 1 de abril de 2011

LA CULTURA DEL GRAFITTI

Un golpe seco en la ventana y en un instante, un motón de cristales en el suelo y una pelota encima de mi mesa. Me asomo rápidamente y media docena de chavales, mirando al cielo con cara de asustados.

Pregunta inmediata: ¿Quién ha sido? Y no hay respuesta, unos y otros se miran acusándose mutuamente. No sabremos nunca quién fue el causante de la trastada.

Como trastada fue la de aquel o aquellos más mayorcitos que decidieron que pintarrajear las paredes no era una guarrería, sino que era cultura y lo pusieron de moda. Ahora resulta que nadie ha sido, pero hay que ver como tenemos las paredes de nuestras casas, edificios emblemáticos, obras de arte y por supuesto, bancos, farolas que en muchos casos resulta imposible saber el color original, porque están adornados con un sin fin de manifestaciones culturales.

Entramos en el ascensor y en lado de las botoneras con tinta indeleble, puede leerse PORTERO GUARRO. En el techo y con humo, posiblemente de cerillas, el artista a escrito ANARKIA, pero con K de kilo. En la pared de enfrente un porno-poema dedicado a Purita, la vecina del quinto, lo que te hace mas ameno el transporte. En fin que dejar en condiciones el interior de ascensor, costó un ojo de la cara, pero a quién le importa.

Hace unos días me llama el Presidente de una Comunidad:

- Mire usted, los aseos de la zona deportiva, están cada vez más guarros y el conserje se ha negado a limpiarlos. La verdad, es que comparto su negativa porque hay cosas que no se pueden aguantar.

Quién no ha tenido un momento de apretura, para verse en la necesidad de utilizar un aseo publico, digamos por ejemplo de una gasolinera. Tienes que entrar de puntillas, procurar no rozar siquiera el pomo de la puerta y si tiras de la cisterna, lo más probable es que te lleves los zapatos empapados. Un asco, pero digamos que en un establecimiento público, somos tantos que alguno habrá….

Pero en esta comunidad, no entraba nadie extraño, luego es seguro que eran los propios vecinos los que contribuían a generar una situación tan desagradable.

El caso es que siguiendo las indicaciones del Presidente se prepararon unos carteles, en los que se decía:

POR FAVOR, CUANDO UTILICEN EL INODORO, TIREN DE LA CISTERNA Y USEN LA ESCOBILLA SI ES NECESARIO.

Dos horas más tarde, un particular artista y con especial pintura había rectificado el texto, dejándolo de la siguiente manera:

POR FAVOR, CUANDO UTILICEN EL INODORO, TIREN LA CISTERNA Y LA ESCOBILLA, ES NECESARIO.

jueves, 24 de marzo de 2011

TODO PASO POR UNA TONTERIA

¡Cómo no va a resultar difícil, poner de acuerdo a cuarenta vecinos, si ya resulta complicado entre dos¡

Estas situaciones se viven constantemente en comunidad, manteniéndose un complejo equilibrio en las relaciones, y que se resquebraja fácilmente ante hechos muchas veces sin importancia.

En fin, Junta General Ordinaria, turno de renovación de cargos y siguiendo el orden establecido: Presidente, la propietaria del piso 1º3 y Vicepresidente, propietario del piso 1º4.

Ya en ese momento note algo en el ambiente, nadie hizo comentario alguno, pero algo había y tuve ocasión de padecerlo en los meses siguientes.

Presidenta y Vicepresidente, no se dirigían la palabra, ni siquiera para darse los buenos días, y yo hacía de intermediario en los mensajes que uno y otro tenían que transmitirse. Era un juego loco y absurdo en el que me vi envuelto, como se dice ahora: sin comerlo, ni beberlo:

- Señor Palencia, por favor, dígale a la Presidenta que ya tengo el presupuesto del cambio de la puerta.
- Señora Presidenta, que dice el Sr. Vicepresidente que ya tiene el presupuesto de la puerta, que si se lo deja en el buzón o lo recoge usted en mi oficina.
- Sr. Palencia, dígale al Sr. Vicepresidente que mejor se lo de a usted y yo ya se lo recogeré.

Y con este tipo de diálogo absurdo, pasaron los meses. Su sorprendente discreción, no me permitía saber el motivo de su enfrentamiento, pero su tozudez hacía cada vez más difícil mi trabajo.

En cierta ocasión, se me ocurrió la idea de convocarles en mi despacho al mismo tiempo y, para sorpresa de ambos, comencé a decirles:

- Miren ustedes, ignoro las razones de esa extraña relación que ustedes mantienen y seguro que tampoco debe importarme. Pero su actitud dificulta considerablemente mi trabajo y me veo en la necesidad de dejar la administración de su comunidad, si no mejoran las cosas.

El, levantando la cabeza, dijo – lo siento, la culpa es mía. Y ella respondió: - No, no debes perdonarme tuve yo la culpa… Se miraron a los ojos, se dieron un abrazo y se marcharon.

Yo me quedé sorprendido de lo sucedido en mi oficina y de cómo se desarrollaron los acontecimientos en los meses siguientes, que mejoraron considerablemente.

Y aunque sigo sin saber que había ocurrido entre ambos, dentro de pocos días, tendremos una nueva junta en la que aprovecharé para felicitar a la pareja que ha tenido la amabilidad de invitarme a su boda.

viernes, 25 de febrero de 2011

MOROSO SI, MOROSO NO

Suena el teléfono. Mi secretaria descuelga y con la amabilidad que le caracteriza: Buenos días. Dígame.

No dio tiempo a decir más. Tan fuerte y rápido hablaba nuestro interlocutor que más de hablar parecía  un puro alarido, tanto es así que yo desde mi despacho era capaz de oírlo. Sin duda estaba muy muy enfadado y apenas podían entenderse las palabras Administrador y moroso.

Después de diez minutos de improperios y mala educación que tuvo que soportar estoicamente mi secretaria, parecía el momento de hacerme cargo de la llamada y ver realmente cual era el problema que el buen señor quería plantearnos. La verdad es que conmigo bajo el tono pero no por ello fue menos contundente en su queja.

Nos acusaba y de forma particular, a mi como Administrador, de haberle tildado de moroso. Acusación carente totalmente de fundamento. Nuestro querido vecino, en realidad había recibido la convocatoria para la Junta General, en la que además de lugar, fecha, hora y orden del día, figuraba la relación de recibos pendientes, a la fecha de la convocatoria. Y se hacía la salvedad que conforme al nuevo texto de la Ley de Propiedad Horizontal, los propietarios que tuvieran deudas contraídas con la comunidad, podrían asistir a la Junta, pero no tendrían derecho de voto.

El señor, en cuestión, se había retrasado en tres mensualidades, algo de lo que yo personalmente no me sentía responsable, y tuve la extraña sensación que nuestro trabajo no había servido de nada, sencillamente porque no se había leído la convocatoria.

Yo intenté aclararle que si antes de la celebración de la Junta se ponía al corriente de paga, se haría la aclaración correspondiente y asistiría a la misma con todo su derecho.

Esto que es un caso real, se va a producir, en lo sucesivo, muchas veces. La intención del legislador no ha sido otra que evitar el caos que la morosidad genera en las Comunidades de Propietarios. Un vecino que debe uno, dos o tres recibos, entiendo que no debe catalogarse como moroso, pero si causa un daño a la Comunidad y además el agravio comparativo sobre aquel otro propietario que abona puntualmente sus cuotas.


No cabe entonces que nos rasguemos las vestiduras porque nuestro nombre parezca en el listado de recibos pendientes, pues un asunto que esta en nuestras manos evitarlo y que no depende en modo alguno del Administrador de la finca.

viernes, 18 de febrero de 2011

CAMPAÑA ELECTORAL

Ustedes saben que conforme al nuevo texto de la Ley de Propiedad Horizontal, no resulta tan fácil  liberarse de ser Presidente, pues caso de el propietario designado no quiera asumir su responsabilidad, ya no basta con su negativa ante la junta, sino que tendrá que recurrir al Juez, dentro del plazo de los treinta días siguientes a su designación,  y al que deberá alegar las razones que justifican dicha negativa.

Sabemos cuán polémico y discutido, y la mayoría de las veces ingrato, es el cargo de Presidente de una Comunidad de Propietarios.

Pero dejando aparte la ley y la jurisprudencia, vamos con una anécdota de las muchas que se dan alrededor de este cargo, unas veces con auténtico deseo del “cargo” y otras con rechazo por parte de los copropietarios.

En aquella Comunidad existía un verdadero fervor por el el Presidente de la Comunidad.

La agitación era tal que antes de la Junta General de Propietarios anual, existía un período de campaña “preelectoral”. Por las puertas y buzones se introducía propaganda a los copropietarios, lógicamente poniendo verde a la Presidencia que debería cesarse por su mala gestión y proponiendo grandes venturas para un futuro ejercicio.

Buena economía, limpiezas… y hasta jardines, como si de unas elecciones municipales se tratasen: incluso se han llegado a hacer mítines entre grupos con los consiguientes gastos de consumiciones en el pub más cercano a la casa.

Bien, pues llegó el día de la Junta, y el orden del día consiguiente; como el parlamento no estaba para coaliciones y no se habían proyectado, despues de dos horas de discurso de los diferentes jefes de grupo, no se llegó a ningún acuerdo para que algún propietario ocupase tan importante cargo.

Lógicamente al redactar el Acta, el administrador-Secretario tuvo que dar por nombrado a un propietario en función de una pequeña diferencia en más de cuotas entre los diferentes grupos votantes.

Al recibir el acta, los grupos que no habían conseguido sentar en la poltrona presidencia a su candidato, impugnaron la misma. Desde hace dos años, el asunto está “sub júdice”, el Administrador ha dimitido, y la finca a la deriva.

Creo que bién podríamos colocar en la fachada del edificio en cuestión el siguiente letrero: “Esta comunidad se encuentra en estado de guerra”